Descubre las sutiles diferencias entre el oloroso y el amontillado en los vinos de Jerez
Diferencia entre oloroso y amontillado: En este artículo exploraremos las características que diferencian al vino oloroso y al amontillado. Ambos vinos tienen una elaboración especial con soleras y criaderas, pero se distinguen en su proceso de crianza y en sus perfiles sensoriales.
Los vinos de Jerez, como el amontillado y el oloroso, son considerados únicos debido a las condiciones de elaboración y crianza en la región. Están protegidos por las denominaciones de origen Jerez-Xérès-Sherry y Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda.
Diferencias entre el amontillado y oloroso
La principal diferencia entre un amontillado y un oloroso radica en su proceso de crianza. El amontillado pasa por dos tipos de crianza: biológica y oxidativa. Durante la crianza biológica, el vino desarrolla un velo de flor, donde las levaduras consumen el oxígeno y evitan cambios de color. La glicerina presente en el mosto se convierte en acetaldehído, lo que le proporciona características organolépticas especiales.
Por otro lado, el oloroso solo experimenta crianza oxidativa desde el inicio, sin la capa de flor. Esto permite que la glicerina se mantenga en el vino, lo que le confiere una mayor densidad en boca y un mayor nivel de taninos y grado alcohólico.
Visualmente, el amontillado es más ligero, tanto en color como en sabor, debido a su crianza biológica. En cambio, el oloroso presenta tonos más ambarinos y una mayor sensación de densidad debido a su crianza oxidativa.
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