Diferencias entre pensión contributiva y no contributiva: todo lo que debes saber
Diferencias entre pensiones contributivas y no contributivas
En España, existen dos tipos de pensiones: contributivas y no contributivas. Aunque ambas proporcionan una prestación económica a los beneficiarios, se diferencian en los requisitos y condiciones para acceder a ellas.
Pensión contributiva
La pensión contributiva se obtiene a través de las cotizaciones realizadas durante la vida laboral del beneficiario. Para acceder a este tipo de pensión, se requiere haber cotizado al menos 15 años a la Seguridad Social. Las prestaciones contributivas se conceden en base a la edad y al tiempo que el trabajador ha cotizado.
En el caso de la pensión de jubilación contributiva, se exige haber alcanzado la edad legal de jubilación, que actualmente es de 65 años. Además, es necesario haber cotizado al menos 15 años.
Para la pensión de invalidez contributiva, se exige tener entre 18 y 65 años y un grado de invalidez igual o superior al 65%. También se requiere haber cotizado al menos 15 años, dos de los cuales deben ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la solicitud.
En cuanto a la pensión de viudedad contributiva, se concede a los cónyuges o parejas de hecho de los fallecidos que hayan cotizado al menos 15 años. Se exige tener 65 años o estar incapacitado para trabajar.
La cuantía de la pensión contributiva se calcula según los años de cotización y la base reguladora. La base reguladora es el promedio de las bases de cotización del beneficiario en los últimos años. Cuanto mayor sea el número de años cotizados y mayor sea la base reguladora, mayor será la cuantía de la pensión contributiva.
Pensión no contributiva
Por otro lado, la pensión no contributiva se otorga a aquellas personas que no tienen ingresos suficientes y no han cotizado lo necesario para acceder a una pensión contributiva. Estas pensiones están destinadas a garantizar un mínimo vital a las personas en situación de necesidad.
Los beneficiarios de las pensiones no contributivas deben cumplir una serie de requisitos, como no disponer de ingresos suficientes, tener una edad específica y residir en territorio español durante un periodo determinado.
En el caso de la pensión de jubilación no contributiva, se requiere tener 65 años o más y haber residido en España durante al menos 10 años.
Para la pensión de invalidez no contributiva, se exige tener entre 18 y 65 años, un grado de invalidez igual o superior al 65%, y haber residido en España durante cinco años, dos de los cuales deben ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la solicitud.
La cuantía de la pensión no contributiva es fija y se establece por ley. En 2022, la pensión no contributiva es de 421,40 euros al mes.
Sistema de pensiones y posibilidades disponibles
En España, el Estado del bienestar garantiza una pensión de jubilación a todos los ciudadanos. Este sistema de pensiones se divide en pensiones contributivas y no contributivas, cada una con sus propias características y requisitos.
Las pensiones contributivas requieren al menos 15 años de cotización a la Seguridad Social. Estas pensiones se conceden en base al tiempo que el trabajador ha cotizado y cumpliendo otros requisitos específicos para cada tipo de pensión.
Las pensiones no contributivas están destinadas a aquellas personas que no han podido contribuir al sistema durante al menos 15 años. Estas pensiones se otorgan a personas en situación de necesidad, que no tienen recursos suficientes para subsistir.
Es importante tener en cuenta que las pensiones contributivas tienen una cobertura y cuantía mucho mayor que las pensiones no contributivas. Las primeras cubren diversas situaciones vitales, como la jubilación y la invalidez, mientras que las segundas solo cubren la jubilación y la invalidez.
Para acceder a una pensión contributiva, se requiere haber cotizado al menos 15 años en las categorías de jubilación, incapacidad permanente y en favor de familiares.
Por otro lado, las pensiones no contributivas se otorgan a aquellas personas que no tienen suficientes cotizaciones y no tienen ingresos superiores a 5.899,60 euros anuales.
Las solicitudes de pensión no contributiva se realizan en el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), que es el organismo encargado de gestionar este tipo de pensiones.
Gestión de las pensiones contributivas y no contributivas
Las pensiones contributivas son gestionadas por la Seguridad Social, a través del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). Este organismo es responsable de conceder y gestionar las prestaciones económicas a los trabajadores y beneficiarios.
Por su parte, las pensiones no contributivas son gestionadas por los órganos competentes de cada Comunidad Autónoma. Estos órganos son los encargados de tramitar las solicitudes, evaluar los requisitos y conceder las pensiones no contributivas a los beneficiarios.
Es importante destacar que la pensión no contributiva de jubilación y la de invalidez son incompatibles entre sí. Esto significa que una persona no puede percibir ambas pensiones al mismo tiempo.
El objetivo principal de ambos tipos de pensiones, tanto las contributivas como las no contributivas, es garantizar un mínimo vital a las personas mayores y en situación de necesidad. A través de estas prestaciones económicas, se busca asegurar que todos los ciudadanos tengan acceso a una pensión que les permita cubrir sus necesidades básicas en la etapa de jubilación o en caso de invalidez.
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